miércoles, 14 de agosto de 2013

Más vale tarde que nunca

Había una vez una chica llamada N y un chico llamado A, que comenzaron su historia como si de un libro se tratara pero no todos los libros terminan bien…
Sin embargo N desea que haya un final feliz para cada uno de los dos y que puedan comenzar otra historia cada uno por su lado.


Hace tiempo que N le debía respuestas al chico y por fin había decidido dárselas, y aunque se ha arrepentido de no habérselas dado antes, es de las que piensan que más vale tarde que nunca y siente que ahora es el momento.
No se acuerda muy bien (por no decir fatal) de todas las malas rachas de esta historia y sin embargo lo intenta y aunque está todo muy borroso sabe que conseguirá despejar algunas dudas del muchacho.

Hubo periodos en los que N dejaba de hablar con A, y aunque ella creía que los motivos estaban claros no estaba en lo cierto.
Una vez fue porque pilló algunas ‘’mentirijillas’’ de A, pero la chica que es demasiado curiosa volvía por su deseo irrefrenable de saber la verdad. Desde ese momento la chica nunca va a confiar del todo en él.
Un día la chica decidió quitarse de su pequeño mundo, T.F, pero siguieron hablando por email, la chica llevaba una mala racha, tenía un problema que consideraba bastante importante pero cuando se lo contó no le dio importancia. A ella le dolió que no se preocupara y decidió no hablar con él.
Pero esta historia no acaba aquí N volvió a T.F y volvieron a hablar, pero no duró mucho, ella se volvió a ir… aunque no recuerda bien por qué.
Volvieron a hablar cree recordar un poco antes de verano.
A y N tenían una amiga en común, y ellas dijeron de hablar por teléfono, ella dijo que no creía las cosas que decía A que era un mentiroso, e incluso le contó que él le había hablado de conversaciones privadas que tuvo con N lo que la cabreó mucho.
También le dijo que había intentado quedar con él un par de veces pero que siempre ponía excusas para no ir.
Si N antes no paraba de comerse la cabeza, después de eso…
Ya no sabía que era verdad o que era mentira, solo quería acabar.
N no quiere culpar a la chica ni nada por el estilo pero no quiere ocultarle más información al chico.
Volvieron a hablar pero esta vez por msn, la chica no confiaba en A, siempre estaba pendiente de cualquier cosa que él dijera por si fuera mentira.
La relación no era como antes y el problema de la distancia y sus ganas de no estar ‘’atada’’ a nadie se hicieron más patentes.
Entonces él le habló de otra chica. Ella estaba pensando en acabar la relación y eso ya la decidió,  ya era el momento de irse para siempre.
Sin embargo A le enviaba emails de vez en cuando y algunas veces recibía llamadas que suponía que eran de él, a ella no le gustaba eso y cada vez que tenía noticias de él se cabreaba. Solo quería estar tranquila.
También A le hablaba a una amiga de N, él pensaba que ella le odiaba, entonces decidió hablar con él. La conversación fue bien, sin embargo A no hacía muchas preguntas y las que hacía N no sabía cómo responder, no recordaba apenas nada de sus ‘’idas y venidas’’.

Por eso N está aquí, para explicárselo, para agradecerle todo lo que ha hecho por ella y decirle que es una gran persona y que no le odia que nunca le ha odiado, que no habla con él no porque él sea algo malo del pasado ni mucho menos sino porque tiene la sensación de que es lo mejor para los dos.
La relación los ha cambiado a los dos para bien o para mal y les ha enseñado muchísimo, es un bonito recuerdo pero ahora es el momento de dejar de vivir en un recuerdo y buscar más buenos momentos para recordar.
Allá afuera les espera un mundo maravilloso lleno de personas increíbles y de lugares impresionantes que se pueden convertir en escenarios de momentos únicos e inigualables, pero para poder vivirlos hay que enfrentarse al mundo y vivir cada día como si fuera el último.

P.D: N leyó lo que el señor insistente, M, le dijo. Cumplió su promesa.
Y N también piensa que A debe comer más, salir más, dormir más… vivir más, la vida es muy bonita como para despreciarla de esa manera.

martes, 13 de agosto de 2013

Quizá no sea un adiós, pero sí un hasta luego

14 de Agosto de 2013, 02:10 de la mañana.


     Le digo adiós a este blog. Muchas cosas de las que he vivido han quedado plasmadas aquí, como relatos inventados o, simplemente, como anécdotas. Cuando necesitaba desahogarme venía aquí, lo escribía y vosotros me leíais. Hubo veces en las que molestó lo que escribía, otras, en cambio, me felicitaron por cómo me expresaba. Ahora me he dado cuenta de que entro, me desahogo, lo guardo en borradores, lo edito por si cualquier cosa puede llegar a molestar y acaba saliendo algo totalmente diferente a lo que había al principio. Para eso no me hice el blog, mi pequeño espacio en la red se acabó convirtiendo en cosas escritas por otra persona, no por mí. Quizá con esto esté pasando lo mismo, pero adoro escribir. Desde pequeña, siempre ha sido algo que me ha servido para desahogarme y conocerme a mí misma. Por eso tengo otro pequeño espacio en la red, mi pequeño mundo, al que solo (por ahora) puedo acceder yo. Puede que, algún día, si me preguntáis por él, os lo dé, pero escriba lo que escriba y leáis lo que leáis, debe quedarse en él. Nada de decirme que por qué he escrito nada ni comerse la cabeza por cualquier pensamiento mío. Ya me ha pasado, y no me apetece seguir creándome barreras a la hora de escribir. Quizá a algunos os parezca una tontería esto de dejar de lado el blog, pero para mí es un pequeño gran cambio que me ayudará en lo que, poco a poco, estoy tratando de conseguir.

    Para los que ya me conocéis, podéis preguntarme por él cuando estéis preparados para leerme. Para los que no, os dejo mi twitter más abajo para que me mencionéis y os doy la dirección de mi nuevo mundo aunque, la verdad, no creo que sea tan famosa. Ha sido un placer escribir aquí y, quién sabe, quizá no sea un adiós, pero sí un hasta luego.


Twitter: @MonicaNu4


jueves, 1 de agosto de 2013

My happy ending

       Todas las noches la misma historia. Y todos los días. Parece que no aprendo, pero cuando lo hago siempre llego tarde. Ya no vale poner excusas "la vida no viene con instrucciones" o "estaba mal en ese momento", solo queda cargar con las consecuencias de todo lo que he vivido, cosas que quizá hayan hecho que, a día de hoy, no me reconozca. ¿De qué sirve darte cuenta de que te has equivocado? Para no volver a cometer el mismo error con personas diferentes. Y las personas que sufrieron las consecuencias de tu error, ¿qué ha sido de ellas? Cambian. Se alejan de ti. Tú ya no eres nada para ellos. Ni siquiera eres algo para ti. Acabas perdiendo amigos de toda tu vida, fallándole a personas que lo han hecho todo por ti, que te han hecho la persona más feliz del mundo sin pedirte nada a cambio. ¿Sabes qué es lo peor? Cuando tú te das cuenta de las cosas, cuando abandonas el "vivir el momento" para cambiarlo por "vivir el momento con ellos o con él" ya es tarde, nadie te cree y te has quedado sola. Completamente sola. Nadie te da una segunda oportunidad de empezar de nuevo, de ser una nueva tú.
   
       Es por eso por lo que quizá esta decisión sea la mejor para todos. Puede que no ahora, pero poco a poco dará resultado, se irá notando, llegará el momento en el que incluso pueda palparse. Lo bueno es que solo me afectará a mí, por lo que esta vez nadie cargará con las consecuencias salvo yo.
     

lunes, 4 de marzo de 2013

diecisiete

Tal día como hoy, hace exactamente 17 años nacía yo, una chica como otra cualquiera algo más tonta de lo normal, un lunes  como este a las 05:10 de la madrugada. Algunos se preguntarán "¿qué clase de entrada es esta?" y yo os respondo: Es una felicitación a mí misma, ya que hoy no ha sido un día para recordar y menos el final del mismo. Así que ahí voy:

Querida yo:


Decirte que eres cabezota y testaruda, infantil, sensible, que te preocupas demasiado por personas que ni siquiera piensan en ti, te dejas llevar por los impulsos, coges confianza demasiado rápido y crees que las personas son más buenas de lo que realmente son, que eres floja, dormilona, impuntual, una ilusa que sigue pidiendo deseos, que sigue creyendo que el amor es perfecto a pesar de todos los palos, que es capaz de dar segundas oportunidades y luchar por personas que realmente no se lo merecen. Tienes defectos, como todos, pero también tienes un millón de virtudes con las que consigues sacarles a los demás su mejor sonrisa, así que aprovéchalas y sal adelante con todo lo que se te venga encima. ¿Habrá problemas? Muchos. ¿Será difícil? No te voy a mentir, lo será, pero tú eres mucho más de lo que crees, has conseguido aprender de los errores y mejorar como persona, superando todo lo que se te ponía por delante en estos diecisiete años, así que cuando tengas un problema lee y relee esto, a ver si te entra en la cabeza de una vez, que aunque no seas perfecta tienes una imperfección que muchos desearían, así que sal ahí a fuera, cómete el mundo y vuelve con energía para librarte de todo lo que no te haga falta porque, para pasar un mal rato siempre hay tiempo y los buenos momentos vuelan, así que ¿a qué esperas para cazarlos? Vive y sonríe, que diecisiete años no se cumplen todos los días.


                                                                                  Mónica, 4 de marzo de 2013.



martes, 5 de febrero de 2013

Lo soy

         Dices basta. Te han hecho daño muchas veces, ya pasas del amor. Demasiadas veces te has sentido como un pasatiempo del que se cansaron de jugar. Juras y perjuras no volver a fijarte en nadie más. Pasan los días y todo va genial, tus amigas, tu familia. Ni un sólo chico. Pero como siempre, todo sale al revés y ¡zas! llega alguien diferente que te rompe todos los esquemas. Ahí es cuando surge eso de "me parece guapo", "es simpático", "¿me gustará? no, no, nada de chicos ¿recuerdas?". Estúpidos pensamientos que generan estúpidas decisiones. Pero ¿sabes qué? Arriésgate. 


        
             No hace mucho había una chica como tú, indecisa, soñadora, enamorada de esas mil historias de amor que salen en los libros, en las películas. Hasta que comenzó a escribir su propia historia, tan especial, tan increíble, que seguramente nadie creería que es real. Porque, ¿cuántos chicos te repiten cada día lo preciosa que eres? ¿Cuántos chicos se plantan en tu casa una mañana para despertarte a besos? ¿Cuántos te cantan una canción tocando la guitarra, te envían rosas en las que una es de plástico o se tumban contigo a ver las estrellas? O, simplemente, ¿qué chico es capaz de gritarle al mundo que te quiere, sin importar lo que puedan pensar las 7134769800 personas que lo escuchan? A día de hoy solo conozco uno, él. Y creédme cuando os digo que me siento la chica más afortunada del mundo porque, realmente, lo soy.